Si tienes un piercing y no lo cuidas adecuadamente, es posible que termine infectado. Esto no solo puede ser doloroso, sino que también puede tener consecuencias graves para tu salud. En este artículo, descubre qué sucede si te dejas un piercing infectado y cómo evitarlo.
Qué tan peligroso es un piercing infectado
Cuándo preocuparse por un piercing infectado
Si te has hecho un piercing recientemente, es importante que sepas que una infección puede ocurrir si no se cuida adecuadamente. Es normal tener un poco de enrojecimiento, hinchazón y sensibilidad alrededor del piercing durante los primeros días después de hacerte el piercing, pero si estos síntomas empeoran o persisten durante más de una semana, es posible que tengas una infección.
Una infección puede manifestarse como dolor, enrojecimiento intenso, secreción de pus, sensibilidad al tacto y fiebre. Si notas alguno de estos síntomas, es importante que te tomes en serio la situación y tomes medidas para tratar la infección.
En primer lugar, no retires el piercing, ya que esto puede empeorar la infección al atrapar la bacteria en el interior del cuerpo. En su lugar, limpia el área afectada con agua salada tibia varias veces al día y aplica una crema antibiótica según las instrucciones del fabricante. También puedes tomar analgésicos de venta libre para aliviar el dolor y la inflamación.
Si los síntomas persisten durante más de unos pocos días, es importante que consultes a un profesional médico o a tu piercer para obtener un tratamiento más completo. Recuerda que la prevención es la mejor cura, por lo que es importante seguir las instrucciones de cuidado adecuadas para tu piercing y mantener una buena higiene personal para evitar infecciones en el futuro.
Consejos para ¿Qué pasa si te dejas un piercing infectado?
- Acude a un profesional de la salud para que evalúe la situación y te proporcione tratamiento adecuado.
- No te quites el piercing, ya que esto puede empeorar la infección y aumentar el riesgo de complicaciones.
- Mantén el área limpia y seca, lavando suavemente con agua y jabón suave.
- No uses productos químicos fuertes o irritantes, como el alcohol o el peróxido de hidrógeno, para limpiar el área infectada.
- Usa compresas frías para reducir la inflamación y el dolor.
- Evita tocar el área infectada sin antes lavarte las manos con agua y jabón.
- Usa ropa holgada y transpirable para permitir que el área infectada respire.
- Evita nadar en piscinas o en el mar hasta que la infección haya sanado por completo.
- Mantén una buena higiene personal y evita compartir objetos personales con otras personas hasta que la infección se haya curado.
- Sigue las instrucciones de tu profesional de la salud y toma los medicamentos recetados según las indicaciones.
Recuerda que si la infección empeora o no mejora después de unos días de tratamiento, debes volver a acudir al profesional de la salud para que te proporcione un tratamiento más agresivo. No ignores una infección de piercing, ya que puede convertirse en una complicación grave si no se trata adecuadamente.